sábado, 26 de marzo de 2011

enfermedad mental de la juventud

enfermedad mental....!!!!!!!!!!!!!



Sabemos ya que tomar drogas y alcohol habitualmente favorece la aparición de trastornos psiquiátricos. Por ello, dos de cada tres adictos a estas sufre un trastorno mental de intensidad variable.

D. Gabriel Rubio, doctor y psiquiatra del Hospital Doce de Octubre de Madrid, y el doctor José Zarco, médico de familia y coordinador del grupo de intervención en drogas de la SEMFYC (Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria), nos ayudan a comprender la relación tóxicos-enfermedad mental.
Productos Tóxicos y Enfermedades Mentales
El porcentaje de pacientes que presenta esta patología dual es muy elevado. De hecho, el 70% de las personas ingresadas en las unidades de psiquiatría han abusado o tienen dependencia de este tipo de sustancias, entre las que destaca el hachís y el cannabis. En las unidades de atención primaria, tal y como explica el doctor Zarco, es más difícil encontrarse con este perfil de pacientes,más habituales en las unidades de psiquiatría. Por el médico de cabecera pasan personas que sí que tienen contacto con las drogas, pero no necesariamente padecen una adicción. Cuando nos referimos a este tipo de sustancias que generan dependencia no hablamos del tabaco. Si así fuera las cifras cambiarían por completo, ya que esa dualidad reflejaría como el 90% de los pacientes con esquizofrenia es dependiente del tabaco. El alcohol, en cambio, sí que está incluido.
                                  

Detectar casos de riesgo

Los médicos de cabecera deben realizar una labor de investigación basándose en el historial clínico del paciente para saber si ha habido o no consumo habitual de drogas, tanto de las legales como de las que no lo son. No todas las personas que beben alcohol, por ejemplo, son adictas, por eso habrá que mirar cada caso con detenimiento. Pero este argumento puede ser un arma de doble filo, ya que nadie cree que padecerá desequilibrios mentales por tomar sustancias tóxicas y todos se sienten capacitados para controlar ese consumo. Por eso es necesario estar alerta. También es cierto que existen determinadas sustancias, como las anfetaminas, el cannabis o la cocaína, que pueden resultar facilmente adictivas en personas con riesgo de vulnerabilidad. Hablamos de personas que tengan antecedentes psiquiátricos graves en su familia, como trastornos de bipolaridad o esquizofrenia. El consumo de drogas adelanta la aparición de estas enfermedades.
        
Adolescentes, un grupo vulnerable ante las drogas

La adolescencia es una edad en la que la experimentación se convierte en algo habitual y necesario. Los jóvenes quieren probarlo todo, entre eso las drogas, y están practicamente seguros de que todo lo negativo que eso puede comportar a ellos no les afectará. Lo cierto es que este sector de la población tiene un mayor riesgo de vulnerabilidad, porque puede caer en un consumo descontrolado si sus bases psicológicas no son lo suficientemente fuertes. Los padres muchas veces achacan ese consumo a las compañías que regenta su hijo,y algunas veces no andan equivocados. Bien es cierto que el experimentar con el alcohol o las drogas no es algo que se haga en solitario, sino que se reúnen los amigos para vivir ese momento juntos. Algunos chavales pueden tener una personalidad con más tendencia a que aparezca una adicción, pero la mayoría de los chicos que prueba algún tóxico no prolonga su consumo durante mucho tiempo. La presión ambiental y del grupo pueden incitar a que un joven siga consumiendo pese a que aquello no sea de su gusto. La necesidad del sentimiento de grupo lleva a muchos jóvenes a consumir en contra de su voluntad.

Signos de alerta para los Padres

Los padres pueden intuir que su hijo consume de forma habitual alguna sustancia tóxica si observan una alteración de la conducta del menor o un cambio, a peor, en el rendimiento escolar. A raíz de estas observaciones los padres acuden a los talleres especializados demandando ayuda para saber si sus hijos son consumidores o no. Las pruebas de orina o de sudor confirmaran si esas sospechas son ciertas o no. También es cierto que no hay que tender a la sobreprotección. Los padres deben comprender que las drogas y el alcohol son elementos que están presentes en nuestra sociedad y a los cuales es muy fácil acceder. No ser consciente de eso sería no vivir en el mundo real. Así pues deben asumir que sus hijos, que están expuestos a todo ello, seguramente prueben alguna droga, pero también deben saber que la mayoría no sigue con ello. El doctor Rubio apunta que no debemos olvidar que la sociedad en la que viven nuestros adolescentes es la sociedad que formamos todos. Los valores que se transmiten son la herencia que los jóvenes reciben, así que tal vez ellos no sean los culpables de esta tónica habitual, sino más bien las víctimas.
   
Cómo actuar ante esta realidad

Los niveles de intervención en cuanto al consumo de sustancias tóxicas, sobre todo en los más jóvenes, pasan por una actuación global, tanto de autoridades como de políticos, de los médicos especialistas y de la propia educación que infunden los padres. Por lo que se refiere a los médicos de familia, tal y como añade el doctor Zarco, deben acostumbrarse a investigar los historiales de los pacientes que presenten un perfil de riesgo. Como decíamos, hay personas que son más vulnerables y que tienen mayor predisposición a sufrir un trastorno psiquiátrico.
Cuando existen patologías duales de este tipo es obvio que hay que trabajar en equipo y derivar a los pacientes a las unidades precisas. También son de utilidad los dispositivos que constituyen los centros de drogo-dependencia.

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